Está claro que lo que mejor se nos da a los españoles es llamar la atención. Sobre todo cuando nos surgen problemas que amenazan con enviar al traste la soberanía estatal y el sistema democrático.
Y en vez de hacer caso de los consejos que vienen de la Unión Europea, que aconseja que no es momento para los nacionalismos, sino para estar unidos frente a las amenazas a las que se enfrenta Europa, en España lo que hacemos es hacer caso omiso de esos consejos y nos enfrentarnos entre nosotros y seguimos destruyendo la legalidad que nos dimos en 1978.