En pequeñas empresas o grupos de trabajo es fácil mantener una comunicación fluida entre los empleados, y que cualquier novedad se pueda aplicar con eficiencia dada la cercanía del equipo y la facilidad para coordinarse.
Pero en empresas más grandes, con equipos de colaboradores o empleados en remoto, algo muy común en los proyectos de emprendimiento, esta fluidez comunicativa no suele ser tan sencilla y hay que buscar la manera de que todos los empleados sientan el espíritu de equipo.
1. Darle sentido a todo: los trabajadores comprometidos son los que mejores resultados logran, por lo que el líder debe ser capaz de contagiarles su pasión, y con ello, que sus ideas y aportaciones sean cruciales para el equipo y el desarrollo del negocio.
2. Transparencia: es difícil que el equipo pueda aportar su feedback y sentirse identificado con el propósito del negocio si no recibe toda la información ni sabe el contexto. Dedica tiempo a asegurarte de que el equipo conozca la realidad de la empresa y las novedades.
3. Las reuniones son para conversar: las reuniones de los equipos de trabajo son para hablar e intercambiar opiniones, y no para seguir largas presentaciones en las que solo hablar el líder o los responsables. Las reuniones deben ser actos simples, concisos y con un objetivo claro, de manera que sean actividades eficientes y que favorezcan el progreso del trabajo.
4. Anima a todos a participar: es normal que en los grupos de trabajo haya empleados que lleven la voz cantante y otros que trabajen de forma más discreta. Lo importante es que todos se sientan cómodos y animados a compartir sus ideas y a hablar con libertad. Como buen líder, trabaja para que todos participen y se comuniquen de forma cómoda y libre.
5. Fomenta la comunicación espontánea: un café, una llamada en equipo o una reunión más distendida también es una buena forma de progresar y de generar intercambios de ideas de forma más informal y cercana.
6. Valora lo que escuchas: a nadie le gusta hablar por hablar, y aún menos cuando sienten que no se les escucha o que sus aportaciones caen en saco roto. La asertividad y valoración de todas las ideas es vital para un buen trabajo en equipo y para la búsqueda de soluciones eficientes.