A día de hoy la mayoría de los jóvenes se encuentran alejados o separados de las creencias religiosas que un día estuvieron en la base de la sociedad y que la hicieron tener unos valores morales sólidos y que la permitieron avanzar hasta llegar hasta hoy.
La pérdida de esos valores está provocando en muchos países avanzados que se estén desmoronando y que, por tanto, no tengan claro hacia donde van.
El consumismo donde vivimos nos convierte en esclavos de las marcas y de todo lo nuevo que nos rodea. Y por tanto también nos hace perder el norte.
Pero no todos los jóvenes viven este tipo de “religión”, sino que prefieren vivir en la fe de siempre y se sienten libres cuando la comparten. En muchas ocasiones esa fé les ha hecho llevar grandes hazañas.
Sí que habría que recuperar esos valores que un día se siguieron y que nos ayudaron a mejorar.